Este año, por la pandemia, estamos condenados a quedarnos en casa, con los “convivientes” y sin los “allegados”.
Pero bueno, con las limitaciones establecidas, podríamos salir a nuestros campos a “echar castillos” como se ha hecho desde tiempo inmemorial durante los primeros días de febrero: “El primero San Ignacio verdadero, el segundo el Candelero, el tercero San Blas; corre Aguedica que te quedas atrás”.
A “echar castillos” y a disfrutar de unas entrañables meriendas con el morcón recién secado de las matanzas de diciembre acompañado de las primeras habas de la temporada.
Por si fuera poco, esto tampoco será posible, ya que la quema de restos vegetales de la poda, -lo que dio origen a los “castillos”- está prohibida por la Consejería de Agricultura del gobierno regional de Murcia.
Nuestras ancestrales rogativas a los santos protectores de la mujer madre, de la garganta o de las “téticas” no serán posible este año. ¡Qué pena!
Para cuidar nuestra salud, tendremos que recurrir a recursos menos tradicionales y fraternales como los que se han usado hasta ahora. Quizás no sean tan efectivos, pero tu farmacia está dispuesta a ofrecerte el mejor de los consejos y a proporcionarte los mejores remedios, ya que enfermareis al no protegerte los santos a los que no les habéis podido rogar.